River fue el único que quiso
ganar, jugó con el corazón herido contra un equipo chico que salió a
empatar haciendo tiempo descaradamente desde el minuto uno. No parecía Boca...
Hay que desensillar
hasta que aclare. River jugó con el corazón herido contra un equipo chico que
salió a empatar haciendo tiempo descaradamente desde el minuto uno.
Sinceramente, no parecía Boca. Algo les debe haber pasado o se asustaron con el
marco del Monumental. Porque el equipo que gana todos los partidos del
campeonato seguramente no fue el que salió a tratar de no perder el clásico. Habrán
jugado con suplentes. Ahora bien, es una gran mentira que la FIFA quiere fair
play y que el fútbol sea cada día más ágil. Si no, ya mismo deberían bajar del
Mundial a un árbitro tan malo como Pitana, que invariablemente juega para los
tramposos, se hace el boludo con los que hacen tiempo o directamente lo toman
por boludo. Tal vez tenía culpa por aquella vez que por un corner que no había
sido le inventaron lo del Pitanazo y ahora inventó un corner que no fue para
anularnos un gol. Pero también echó mal a Cardona, tal vez como para compensar.
Un arbitraje muy malo. O tal vez hace los deberes, vaya uno a saber. Es raro
lo que está pasando con los arbitrajes.
De lo
nuestro, fenomenal lo de Ponzio y Enzo Pérez. Está dicho, River
fue el único que quiso ganar, pero no encontró los caminos. Fallaron otra vez
los que tienen que jugar y volvió a estar muy solo Scocco. Pity sigue siendo la
mayor carta de desequilibrio, a veces le sale y a veces no. Pero esencialmente
fallamos en el arco. Si Batalla había generado con sus errores la decisión de
reforzar el puesto, la llegada de Lux no sólo no solucionó el problema sino que
lo profundizó. Lamentablemente. Por más que uno quiera a jugadores como Poroto,
a la hora de la evaluación hay que tratar de despejar lo sentimental. Y Casco
va mejor de lo que vuelve y últimamente está pagando errores con goles.
Después, nada
para reprochar. Tal vez podrían tomarse unos días para limpiar un poco el
bocho y empezar de nuevo. Hoy no es momento de generar nuevas exigencias. A
descansar. En unos días volveremos a hablar. Ahora, agradecer porque aun
heridos en el alma, jugamos a lo grande.
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