El entrenador habría pedido a la dirigencia al menos un futbolista en cada línea, a excepción del arco, donde está inamovible Franco Armani
Luego
de la épica eliminación de la Copa Libertadores 2020, ante el Palmeiras de
Brasil, en medio de la polémica por la aplicación del VAR en perjuicio de River
Plate, el entrenador Marcelo Gallardo descansó una semana y retomó los
entrenamientos del club "millonario".
El
director técnico evalúa el rearme de un plantel diezmado por algunas bajas.
Luego de casi dos años, River buscará reforzarse en puestos donde ha empeorado
su performance.
Según
la cadena televisiva ESPN, Gallardo habría pedido a la dirigencia al menos un
futbolista en cada línea, a excepción del arco. En total son seis nombres que
se encuentran en carpeta para este mercado de pases, que tendrá más movimiento
que el anterior.
Alex
Vigo (de Colón, en caso de que se vaya el marcador de punta Gonzalo Montiel),
Mathías Laborda (de Nacional de Uruguay, defensor central), Gabriel Neves (de
Nacional, volante central), Martín Payero (volante de Banfield), Giuliano
Galoppo (volante de Banfield) y Tomás Pochettino (mediocampista, surgido en
Boca Juniors).
En
los próximos días se verá si esto son sondeos o si el club de Núñez hará una
inversión. Por lo pronto, espera una oferta formal del Lyon de Francia por
Montiel que le puede significar un importante ingreso para hacer efectiva la
llegada de refuerzos.
Un récord de Gallardo
En
Montevideo, en el estadio donde arrancó su carrera como entrenador, Gallardo sumó
en diciembre un capítulo a su leyenda. Luego de la goleada 6-2 contra Nacional,
y un total de 8-2 si se suma el partido de ida, River Plate avanzó a las
semifinales de la Copa Libertadores por cuarta vez consecutiva, lo que lo ubica
a Gallardo incluso más alto que entrenadores como Osvaldo Zubeldia en
Estudiantes o Carlos Bianchi en el club que perdió la final eterna del 9 de
diciembre de 2018 en Madrid.
El
Muñeco no alcanzó la final y no igualó las estrellas de esos técnicos, que
tienen tres torneos continentales en su haber. Pero si la estadística se
circunscribe solo a las semifinales, Gallardo ya los superó:
Bianchi
llegó a esa instancia cuatro veces pero no de manera consecutiva (2000, 2001,
2003 y 2004). Zubeldía, en tres oportunidades (1968, 1969 y 1970). Gallardo ya
tiene más semifinales que Zubeldia y que Bianchi: el DT de River llegó a esa
fase en cinco de las seis ediciones de la Libertadores que disputó.
River
fue mutando con el paso de los años. Lejos de mantener el mismo equipo durante
un lustro, como pasó con Zubeldía y Bianchi, Gallardo se reconvirtió todas las
veces que hizo falta.
Lo
enfatizó en los últimos días: "Estoy muy seguro de lo que somos y en base
a eso nos hemos mantenido todos estos años. No ha sido casualidad mantenerse
seis años. Eso dejalo para un equipo que tiene algún buen momento. Pero
sostenerte en el tiempo como lo hemos estado haciendo nosotros es muy difícil",
dijo el ehtrenador.
En
2015, River fue campeón ante Tigres de México. Luego, en 2016, quedó afuera
contra Independiente del Valle en octavos, y en 2017 contra Lanús en semis. En
2018, salió nuevamente campeón en la inolvidable final de Madrid, y en 2019
perdió en el partido definitorio ante Flamengo. Ahora, en este 2020, avanzó a
semis con una clase magistral en Montevideo. Le tocará el brasileño Palmeiras,
que viene de golear a Libertad de Paraguay.
La relación con Maradona
Se
querían y admiraban. Diego Maradona tenía afecto por su colega Marcelo
Gallardo, lo respetaba y lo admiraba. Gallardo sentía un cariño inmenso por el
ex número 10 del seleccionado argentino, la misma camiseta que él vistió.
Maradona
siempre se sintió a gusto, arropado por el Muñeco, otro 10, bien terrenal, más
allá del barrio, a pesar del antagonismo de River Plate y Boca Juniors.
Maradona le daba consejos, lo llamaba a su teléfono personal cuando Gallardo
perdía la sintonía en el equipo nacional.
Ese
cariño fue representado por un abrazo especial: el entrenador de River, como
tantas otras glorias de nuestra historia futbolera, fue parte de la despedida
de Maradona el jueves en la Casa Rosada.
Vio
a Claudia Villafañe, su ex esposa, su compañera de vida y le dio un abrazo
conmovedor, que excede las camisetas y el tiempo. El amor por la amistad y el
fútbol, resumido en una postal.
El
técnico de River, uno de los mejores del mundo según la FIFA, cambió la foto de
su perfil de WhatsApp: puso la imagen de su abrazo con Maradona cuando se
enfrentaron River y Gimnasia por la última Superliga, el 28 de septiembre del
año pasado, en el triunfo millonario por 2 a 0. Esa tarde, bromearon, se
rieron, repitieron todos los gestos de admiración mutua.
Antes
del entrenamiento del miércoles, Gallardo reunió a sus jugadores para recordar
a Maradona en "este día de tristeza
para el fútbol argentino", como definió la red social oficial de la
entidad millonaria.
En
realidad, el Muñeco solía compartir anécdotas y aprendizajes del mejor 10 de
todos los tiempos. Sobre todo, con los extranjeros y con los juveniles, que no
lo vieron jugar y no tomaron la dimensión real de su legado futbolero.
"Despierta algo
increíble, no deja de sorprender. Es un ícono mundial, ha marcado una era en
nuestro deporte. Todos los que alguna vez amamos el fútbol nos sentimos
identificados con lo que nos ha dado como futbolista. Lo volveré a ver y le
daré un abrazo. Espero que esté con salud y le pueda dar lo mejor a sus
jugadores y a la gente de Gimnasia", contó el Muñeco.
Antes
del entrenamiento, Marcelo Gallardo reunió a sus jugadores para recordar a
Diego Armando Maradona en este día de tristeza para el fútbol argentino. pic.twitter.com/kuC4pMFqOC — River Plate
(@RiverPlate) November 25, 2020
Un llamado de apoyo
Además,
Gallardo, quien tiene dedicada una poesía del artista Andrés Calamaro, recordó
un episodio que vivió con Maradona luego de errar un penal con la camiseta del
seleccionado, en 1995, durante un amistoso que el equipo que dirigía Daniel
Passarella ganó 2-0 a Australia, en la cancha de Quilmes.
"Diego tiene esas
cosas, siempre está pendiente. Fue hace mucho tiempo, yo tenía 19 años, jugaba
en la Selección y se hablaba de que podía ser su sucesor. Era una etapa muy
difícil porque fue en la era post Maradona. A mí no me afectaba porque yo
jugaba con naturalidad, como si lo hiciera en el potrero del barrio. Hasta que
un día erré un penal y sentí que esa naturalidad que tenía se transformaba en
algo más pesado, como fue la reprobación de la gente", contaba el Muñeco.
Inmediatamente,
se le escapó una sonrisa. "Entonces,
en ese momento, Diego me llamó por teléfono para darme ánimo y me dijo que le
diera para adelante, que tenía mucha confianza en mí. Fue algo sorpresivo, él
no tenía por qué hacerlo... Por ahí no se acuerda de eso; o tal vez sí porque
tiene mucha memoria. Y siempre recordé esa actitud que tuvo conmigo",
explicó.
Maradona
fue crítico con entrenadores de River como Ramón Díaz. Admiraba a Enzo
Francescoli, uno de los más grandes de la historia millonaria. Pero con el
Muñeco, desde pequeño, le tuvo un cariño especial.
Sabía
que interpretaba su misma manera de ver el juego. "Es un técnico tremendo, él vive para esto y dirige como jugaba.
Es como yo, piensa los partidos atacando, con intensidad, como jugábamos en la
cancha. Se merece todo lo que le pasó en River, pero basta viejo, hasta acá
llegaste, ¿no querés dejar nada para los demás?", se preguntaba y se
reía Maradona. Que, de vez en cuando, decía: "Hay pocos equipos que por ahí marcan la diferencia como hizo
River con nosotros".
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