El talento y despliegue de Nico
seducen en Europa: el Everton y un poderoso club alemán ya lo tienen en carpeta
y están a la expectativa para avanzar si el mercado se lo permite.
River tiene el 30% de su ficha, que aún sigue pagando
por 3 millones de dólares.
"A
veces hay que esperar”.
Hace un año, en medio de un Monumental extasiado, Marcelo Gallardo sólo
necesitó esbozar esa breve frase para referirse a lo que acaso fue la actuación
consagratoria de Nicolás De La Cruz en River. Esa noche del 3 de
mayo, el volante uruguayo convirtió su primer triplete en un show de fútbol que
finalizó 6 a 0 ante Aldosivi, por la Copa Superliga, y que él mismo entendió
que “era lo que necesitaba para volver a juntarme con la gente de River”. Y
vaya paradoja, precisamente su nivel actual puede ser lo que lo termine
alejando de los hinchas y de Núñez… Sucede que la contención y la potenciación
que le brindó el Muñeco dieron sus frutos y le permitieron afianzarse como uno
de los pilares indiscutidos en la formación base del último año, al punto
de convertirse en un jugador valorado y observado por al menos dos
equipos europeos con billetera generosa, que vienen manteniendo conversaciones
con el entorno de DLC.
El panorama que
impuso la llegada de esta pandemia obliga a hablar -por el momento- de
intenciones y no todavía de negociaciones, dado que en esta coyuntura reina la
incertidumbre y nadie quiere apresurarse a tomar decisiones.
Sin embargo, Olé pudo
averiguar que las comunicaciones entre el grupo que representa al volante y al
menos dos elencos del Viejo Continente se vienen sucediendo con frecuencia: uno
de los interesados es el Everton, equipo de la segunda línea de la Premier
League que hace tiempo lo incluyó en su agenda de prometedores talentos y
el otro, un poderoso club del fútbol alemán -que no es el Borussia
Dortmund como trascendió en las últimas horas- cuyo nombre guardan con
celo en el entorno del charrúa.
Nada extraño,
claro, si se tiene en cuenta que hace poco el nombre de este joven que está
cerca de cumplir 23 años (el 1°de junio) y reúne los requisitos que se exigen
en Inglaterra por edad, proyección y pasado en los seleccionados
juveniles llegó a oídos de Pep Guardiola, aunque en principio no
superó los cuatro filtros que aplica el City antes de avanzar por un refuerzo.
Los 22 millones de
euros de la cláusula de salida de De La Cruz representarían una inversión
importante para su comprador, aunque para River significa recuperar
cuanto mucho el doble de lo invertido: el club, que aún sigue pagando los
U$S3.000.000 que se comprometió a abonar por el 30% de la ficha del volante a
mediados de 2017, lo potenció y, de conseguir una propuesta por la totalidad de
la cláusula -algo muy difícil en las actuales condiciones-, se quedaría con u$s
6,6 millones. Sólo podría aspirar a una porción superior si Paco Casal le
reconociera la vidriera que le dio al proyecto que llegó del modesto Liverpool
y hoy se catapultó a los principales mercados del fútbol de la mano de Gallardo.
Porque, lo dicho:
la evolución del hermanastro de Carlos Sánchez, con quien se entrenó
en esta cuarentena en suelo uruguayo, se forjó a fuego lento. Un caso similar
al del Pity Martínez, otro al que MG fue llevando a su ritmo y terminó
transformando en bandera del equipo que hizo historia en Madrid. Esa fórmula de
paciencia fue la que adoptó con un DLC que cambió murmullos por la aceptación
unánime de la tribuna.
Un jugador que se
adaptó a la idea y que incorporó conceptos a su buena pegada que son valorados
en Europa: enorme despliegue físico y rigor táctico. Un todo campista que
recupera y llega. Las estadísticas lo avalan: Nico fue el jugador que más
quites realizó y el que más faltas recibió en la última Libertadores. Clubes
que juegan la Champions o aspiran a la Europa Legue tomaron nota.
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