A
los 12 años, Juan Cruz Meza se destaca en las Infantiles de Núñez. Tiene
características similares a las de su hermano, el volante de Rayados de
Monterrey que jugó el Mundial de Rusia, y su técnicos dicen que le ven
potencial para el futuro.
Juan
Cruz Meza, categoría 2008 de River, en un superclásico de Infantiles.
A
Juan Cruz Meza, el hermano del ex jugador de Gimnasia e Independiente que
integró el plantel de Argentina en el Mundial de Rusia y hoy está en Rayados de
Monterrey lo destaca del resto de los chicos de Infantiles su lazo
familiar con un futbolista de jerarquía como Maxi. Aunque no sólo eso: también
su enorme potencial, subrayado por quienes lo entrenan, hace que su distintivo
sea algo más que un vínculo.
Es
cierto que el suyo no es un apellido con historia en Núñez o en el firmamento
del fútbol ni tampoco tiene el lazo con la gloria como Matías (juega en la
Sexta) o Santino Gallardo (en la Novena). Pero a Juancito, como le dicen todos
en el club, le ven futuro. Volante categoría 2008 con características
similares a las de su hermano mayor. “Es un jugador creativo, con el ADN de
River en su técnica: fino, con buen pie, buen tranco y un excelente biotipo,
que le permite jugar tanto de volante extremo como interno”, lo describe Daniel
Brizuela, el director de captación del club. “Tiene la pegada y el manejo que
queremos. Y mucho para progresar por su lectura de juego y su capacidad
táctica. Tengo muchísimas expectativas en él”, agrega Gustavo Fermani,
quien lo dirigió en sus inicios y todavía hoy recuerda el día que Juan hizo un
gol de arco a a arco.
Juan
Cruz Meza es categoría 2008. Puede jugar de volante externo o como interno.
El
pequeño Meza fue descubierto hace más de dos años en una prueba en Caá
Catí, Corrientes, la misma ciudad en la que nació el Keko Villalva. Pocos meses
después, tras un breve período de adaptación en el que papá Eduardo lo traía a
jugar a Buenos Aires los fines de semana, Juan Cruz ya se había mudado a la
pensión de River con apenas diez abriles. “Existía la posibilidad de que
viajara a jugar los fines de semana pero el padre quería que siguiera un camino
parecido al de su hermano, que creciera esforzándose en la pensión. Y la verdad
es que el chico es un fenómeno también como persona, es un placer tenerlo con
nosotros”, explican los formadores.
Obviamente, Juancito
Meza regresó a Corrientes para estar con su familia durante la cuarentena, se
entrena en su casa a través del Zoom y participa de todas las charlas posibles
que brinda el club con ex jugadores de River. De todas maneras, el mejor
ejemplo del extenso y sacrificado camino que le queda por recorrer lo tiene con
Maxi. Recién en 2022 el chiquilín empezará a jugar en Inferiores, en la
Novena, lógicamente si ningún otro imprevisto como el que se vive hoy
interfiere en su desarrollo. Este año, lamentablemente, parece perdido para el
fútbol juvenil. Lo que no se perderá de ninguna forma por la pandemia es el
talento natural de Juan Cruz. Y mucho menos, su sueño de triunfar en River y de
llegar a la Selección como su hermano.
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