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Gallardo y un grito de corazón

River vivió una fiesta con su gente: 2-1 a Boca, líder del torneo y un Muñeco emocionado a full. Un domingo con piel de gallina...


La alegría de Gallardo en el clásico (AFP).

El hombre mira, observa -súper satisfecho y pleno- consumado el gran objetivo de esta Súper jornada. Ojos vidriosos, una cancha que canta por River, por él. Por todos, algo que no se vivía desde hace más de un año y medio, lógicamente por la pandemia.  Emocionado, como pocas veces. ¿Especial por su futuro? Tal vez sí, tal vez no. Lo cierto es que no fue un clásico más para Marcelo Gallardo. Un clásico muy particular, por muchas circunstancias en el medio: el mencionado retorno de los hinchas, con un aforo que superó el número habilitado inicialmente; el homenaje (look) del DT a Angelito Labruna por el pasado día del simpatizante de River; por la racha negativa en los Súper que llevaba en este 2021, por el deseo de ganar y dar un paso firme en la lucha por quedarse de una vez por todas con un título de Liga en su exitosa era. Por el posible último clásico de Leo Ponzio. Por todo. Un día Monumental.


Celebran los jugadores de River (Failla).

En cancha, analizando los 90 minutos, la expulsión temprana -y polémica- de Marcos Rojo significó un quiebre. Un antes y un después para el desarrollo del encuentro. Llegó el golazo de Julián Alvarez, con complicidad de Rossi. Y luego el 2-0 posterior, también del Araña, que liquidó prácticamente la historia a pesar de que faltara un tiempo por jugarse. River tuvo la posibilidad en el segundo tiempo de extender la cuenta, con total dominio de las acciones al estar once contra diez. Boca no reaccionó. O no supo cómo hacerlo, a pesar de los cambios introducidos por Battaglia. Descontó Zambrano sobre el final, sólo para decorar el marcador. Un 2-1 mentiroso.


Gallardo mira (Failla).


El grito de Gallardo (AFP).

Pudo haber sido una goleada. La diferencia de un gol quedó corta, pero poco le importó al fana de River. Celebraron los futbolistas, acompañados por el delirio de los ubicados en las gradas blancas y rojas. Dedicatoria al rival de toda la vida, los mimos al veterano Ponzio, al querido Enzo Pérez (que terminó con un pie averiado), al propio Julián y al resto del plantel. Y un Gallardo que lo siguió de una forma diferente, a flor de piel: abrazo con su colaborador Biscay (más el resto del CT) y apenas finalizado el match, grito y puño en alza hacia la gente (más los festejos en los dos goles del PT) y, luego, más allá de contemplar todo el marco, con el pedido del hincha para que siga en 2022, se unió a la fiesta de los futbolistas.

¿Qué pasará con Napoleón? Habrá que esperar. Vive el presente, el hoy, el día a día, con el sueño de coronar una vez más con River en la única deuda que tiene en una era histórica y dorada. Se quedó con el Súper y, como dijo en conferencia de  prensa, su equipo se calzó definitivamente el traje de aspirante con un grito futbolístico y de corazón. "Ahora claramente somos un serio candidato para ir en busca del título, pero esto es un gran envión desde lo mental y futbolístico", sentenció MG, cerrando un domingo bien gallina, liderando momentáneamente hasta que juegue Talleres este lunes. Una alegría más y van...


Celebra el DT con los jugadores.

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