"Marcelo
Siempre se plantea mayores desafíos”
Un Francescoli aliviado dice que el Muñeco se reseteó y que "su
idea es ir por más". Los pormenores de las horas más agitadas, qué le dijo
a D'Onofrio en medio de la tormenta y lo que viene para el DT: "Siempre se
plantea mayores desafíos".
-¿Cuánto
adelgazaste en estos días, Enzo?-No mucho. ¡Ojalá hubiese
adelgazado porque ahora tengo una panza bastante importante, ja, ja!
Sonríe.
Y sonríe aliviado, Francescoli. Aunque intente tomarse todo, hasta la enorme
incertidumbre que le generó la hoy anecdótica vacilación de Gallardo, con
filosofía oriental. “Por mi manera de ser, entiendo que hay cosas peores que
esta situación, que obviamente terminó bárbara y que me pone feliz porque
Marcelo se quedó. Pero bueno, el mundo sigue andando y para el club, sobre
todo, la vida sigue”.
¿Estás
loco, vo’? El mundo, la vida, todo sigue andando -para los fanáticos de River-
porque se quedó el Muñeco. De lo contrario se hubiese detenido el universo. Por
más que el uruguayo pretenda disimular que fue un partido chivito el que tuvo
que jugar desde la madrugada del viernes 16 hasta la mañana del miércoles 21.
-¿En
serio había cosas peores para River que la renuncia del Muñeco? -Y…
Hubiese sido complicado porque, más allá de los títulos, se ha hecho mucho
camino al andar y el club está mejor -y él ha incidido para que eso suceda-
como para que justo en este momento se fuera. Pero ya pasó: por suerte decidió
quedarse. Y estamos muy felices.
-Y
aunque no más flaco, vos estás más aplacado.-Sí,
obvio. Y muy contento. Porque más allá de todo, soy hincha y amo este club. Y
lo mejor es que Marcelo siga todo el tiempo posible.
“Te
lo merecés, guacho”. Al mismo tiempo que apretujaba al “petiso bravo” con un
desaforado abrazo, el habitualmente calmo secretario técnico fue conciso al
felicitar al oído a su criatura con el triunfo ante Central recién consumado.
“Soy un tipo de pocas palabras y él me conoce. Así como él no es una persona
que te dé muchos indicios de lo que va a hacer. En el hotel, con la Copa
Argentina cerca y todos festejando, me dijo que se tomaría unos días para
pensar. Tenía todo el derecho. Y lo respetamos. El lunes, de hecho, jugamos un
partido de la Fundación en el Monumental y jamás hablamos del tema. Hasta el
miércoles a la mañana, que nos contó a Rodolfo y a mí que seguía”.
-¿Te
hubiera dolido que la última imagen hubiese sido la de ese abrazo en el césped
del Kempes?-No, porque no hubiera sido la última
imagen ni la última frase tampoco. Digo, nunca va a ser la última frase: ni ésa
de Córdoba ni la que usó para decirme que se quedaba. Con Marcelo tenemos una
relación que va más allá de nuestro laburo. Excede al técnico-manager. Pasamos
momentos muy buenos y también de los muy complicados. Lo que le sucede a él es
como si me sucediera a mí. Y aunque mañana podamos tener alguna discrepancia,
nuestra amistad va a seguir existiendo. Siempre.
-Es
curioso de que con esa relación tan fuerte hasta el miércoles no hayas sabido
qué decirles a tus amigos cuando te preguntaban si el Muñeco seguía... -Sí,
fue así. A veces, con todo lo que uno escucha o lee, no cree o pone en duda
cosas que son ciertas. Pero fue tal cual. Y también lo explicó Marcelo: no se
trató de un problema de jugadores, con el club o de que no nos lleváramos bien,
que a veces empiezan con el tema de que no nos llevamos bien y cosas así. Era
su sensación personal. Y ahí es donde uno no puede entrar, por más amigo que
sea. Salvo que me pidiera un consejo, nunca me hubiera atrevido a intentar
cambiar su parecer. Y no me lo pidió.
-Si
no fuiste vos ni D’Onofrio, ¿quién lo ayudó a reflexionar entonces? -No
sé. No fue mucho lo que hablamos: estuvimos un rato y después se fue a dar la
conferencia. Pero no hubo una cosa puntual por la que nos dijera “volví por
esto” o “volví por aquello”. Nos contó que fueron un montón de pequeñas cosas
las que le hicieron volcar la decisión para el lado que la tomó. Aunque sólo él
podrá explicar las sensaciones que tuvo en esa horas.
-¿De
haber perdido la Copa Argentina se lo hubiesen facturado, como dijo? ¿La
derrota, el cambio de D’Alessandro en el Súper, las lesiones de Lollo y
Larrondo más IVA? -No lo sé. Ni para bien ni para mal me
gusta hablar de supuestos. Pasó esto y es lo que estamos viviendo. Y sobre el
tema de Lollo y Larrondo ya he explicado hasta el cansancio cada caso. Después,
cada uno saca sus conclusiones.
-¿Tomaste
conciencia de que pudo haber sido el Waterloo de Napoleón? -Je...
Napoleón. Está muy bien eso de Napoleón. Es un apodo simpático. Y le cabe. Se
justifica en un tipo que tiene un gran liderazgo como Marcelo.
-¿Qué
lugar va a tener en la historia del club? -Su
lugar se lo terminó de ganar en este último tiempo liderando un momento de
mucha gloria. Pero tan importante como eso es que cuando teníamos que
salir de una situación difícil, nunca exigió nada. Se arregló con lo que había.
Eso demuestra el gran cariño que le tiene a River.
-¿Pensás
que le van a alcanzar los diez días de aislamiento que pidió para recargar
energías?-¿Al petiso? Le van a sobrar, je. Marcelo
es tal cual se lo ve: un tipo con mucha personalidad que va en busca de
desafíos constantes. Y eso, para un club como River, es ideal.
-Por
las dudas, avisó que se quedaba para redoblar la apuesta. -Ya
está otra vez como cuando vino el primer día: buscando nuevos logros y
planteándose mayores desafíos. Ahora hay que pensar en ganar la Supercopa
Argentina, en descontar puntos en el torneo local, en volver a disputar con
todo la Libertadores...
-Y
soñar con una revancha en el Mundial de Clubes. -Su
idea es ir por más siempre. E intentar ganar todo lo que se pueda.
-¿Sumaron otro título con su permanencia?
-Depende de cada consideración. Desde ya que para todos
los riverplatenses es una felicidad enorme. Pero para mí, Marcelo iba a estar
hasta diciembre del 2017. Y si el viernes no hubiese dicho lo que sentía,
hubiera pasado todo en el silencio. O sea, no hubiera pasado.
-Pero
pasó. Y fue fuerte porque hoy no tenían al Gallardo de Ramón. -No,
como no teníamos a Gallardo en aquel momento, salvo cuando sucedió.
-En
los pensamientos sí lo tenías al Muñeco... -Quizá
sea muy particular, pero no soy de avanzarme a lo que va a pasar. Tal vez por
un defecto propio de mi profesión: cuando me venía la pelota, trataba de ver
qué hacía.
-Desde
afuera parecía que en la cancha eras todo lo contrario. -Pero
era así. No me planteo las cosas que no son concretas. Se lo comenté a Rodolfo:
le dije “mirá, hasta que suceda no me voy a poner a ver algo. Después se
empiezan a filtrar nombres y vamos a ensuciar la cancha cuando no sabemos qué
pasará. Así que esperemos”. Y así hago siempre. Hablo poco. Y creo que así debe
ser por el lugar que ocupo.
-¿No
habías pensado en...-(Interrumpe). Antes que digas un nombre,
no había pensado en nadie.
-¿Hay
que creerte? -Uno siempre piensa que algún día se va a
ir Gallardo y entonces... Puntualmente sí, tengo opciones, como tiene cualquier
manager. Cuando pasó lo de Ramón, tenía varios nombres y decidí por Gallardo.
Bueno, ahora también... Pero no es que los estaba evaluando en este momento. Me
dan vuelta siempre en la cabeza, trato se seguirlos para estar aggiornado de
cómo va su vida profesional... Aunque no porque Marcelo haya dicho que se iba a
tomar unos días: lo hago siempre, corresponde a mi función.
-Berizzo,
Crespo, Coudet, Cocca: ¿fue sólo especulación mediática? -No
sigamos. Muchos son hasta ex compañeros y no es mi estilo hablar de cosas que
no pasaron y ni sé si van a pasar.
-¿Podés
admitir si alguno de ellos son los que dan vuelta por tu cabeza? -No
voy a decir nada más. Está bien así.
“Así”
es con Gallardo. En punta. Y en Punta. Porque el secretario técnico fue a pasar
las Fiestas a Uruguay y desde allá tendrá que continuar con las gestiones por
otros nombres que dan vueltas por su cabeza: los de los refuerzos que le pidió
el deté.
-¿Cómo se impide que se lleven a Alario o
Driussi si pagan la cláusula? -Si hay una cláusula que lo
libera, ese jugador se quiere ir y la pagan, se tiene que ir. Yo no tengo
manera de retenerlo y el club tampoco. Hay cosas que están más claras que el
agua. Pero por ahora son supuestos porque no hay ofertas por nadie. Eso sí: el
presidente y yo nos comprometimos con Marcelo a hacer el mayor esfuerzo para
mantener el plantel.
-Y
para sumar a Montoya. -Nombres de posibles incorporaciones no
voy a dar, porque así no se labura. El periodismo puede conjeturar lo que
quiera.
-Hablando
de conjeturas. ¿Te parece accesible el grupo de la Copa, Enzo? -Hasta
que uno juegue, no hay rivales fáciles. Muchas veces influyen más los viajes
largos, el hecho de combinarlos con un campeonato local, habrá que ver… Pero
ojalá que sea como la Libertadores que ganamos: en ésa también viajamos mucho.
Ojalá sea un buen augurio...
-¿Tenés
pasaporte al día? -Siempre lo tengo al día.