Nada justifica las agresiones de los
pocos inadaptados hacia el micro de Boca, pero encabezados por Carlos Tévez y
Fernando Gago, los futbolistas del eterno rival tampoco dieron el ejemplo antes
de los incidentes.
s cierto que el
comportamiento inadecuado de los pocos inadaptados que apedrearon el micro de
Boca no se justifica para nada. Pero también hay una realidad que indica
que el ejemplo debe ser dado (a su vez) por parte de los protagonistas. Y en
este caso, antes de los incidentes, los jugadores del Xeneize hicieron
todo lo contrario.
¿Qué pasó? En
diálogo con El Bocón de Perú, fueron compartidas las palabras del periodista
Carlos Raymundo Roberts (de La Nación). "Por Dios, qué locura. Todavía me
estallan los ojos por lo que vi y el cuerpo por lo que padecí en medio de
apretujones, corridas, tumultos, caídas. Y una y otra vez me vuelve la
imagen de Tevez haciendo la gallinita con sus brazos desde arriba del ómnibus
que llevaba al plantel de Boca al Monumental. Veterano de mil batallas, jugador
de dos mundiales, campeón en cuatro países, ese Tevez reducido en su burla a
ave de corral parecía el perfecto colofón a una tarde de horror",
manifestó Raymundo.
Sí, Tévez
volvió a incitar a la violencia. Como lo hizo en el año 2004 en el estadio
Monumental tras convertir un gol y este sábado en su llegada a Núñez. Y su
compañero, Fernando Gago (futbolista profesional desde hace años y
mundialista con la Selección Argentina, al igual que "Carlitos"),
echó más leña al fuego haciendo gestos obsenos al pasar por las
intersecciones de las calles Quinteros y Libertador.
"Todo ocurrió
en segundos. Las sirenas. Las motos que iban abriendo paso a lo que diera
lugar. Corridas. Cordones de policías con escudos que de pronto se nos vinieron
encima y nos empujaron para dejarle la calle libre al bólido. Gritos. Personas
que caían encima de otras personas. Insultos. Yo también me vi de bruces
en el piso, y cuando me levanté, justo en el momento en que a tres o cuatro
metros pasaba el ómnibus, vi la mímica gallinácea de Tevez. Se había puesto de
costado y, mirando a los hinchas, agitaba los codos como alas. Se lo veía
disfrutar el momento, porque una sonrisa le atravesaba la cara", prosiguió
el periodista.
Como protagonistas
del juego, y desde otro nivel, los jugadores de Boca deben comportarse a
la altura de las circunstancias. Insistimos, nada justifica el daño que
sufrieron, pero el mensaje que se debe bajar es otro. Para empezar a predicar
con el ejemplo, primero debemos mirar hacia adentro.
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