Esequiel remarcó que su llegada a Núñez puede ser “un trampolín a la Selección y Europa” y que prefiere jugar como extremo izquierdo.
Navegó algunos días
más que lo planeado, tuvo que controlar la ansiedad al mando del timón mientras
superaba algunas pequeñas olas que lo demoraron, pero por fin pudo amarrar en
el ansiado destino que había marcado en el mapa. La espera terminó: tras solucionar
cuestiones contractuales y superar la revisión médica, Esequiel Barco por
fin pudo soltar el ancla en el puerto de Núñez: "Estoy feliz de poder estar
acá. Quería volver a la Argentina y River es un equipo muy
grande".
El tatuaje que
lleva en su pierna derecha refleja el significado que tiene la pelota en su
vida. "Soccer is life" es el lema del atacante de 22 años
que prefiere "jugar como extremo izquierdo", pero que sabe que
será Gallardo el encargado de encontrarle su mejor posición en la
cancha para sacarle el máximo jugo a su gambeta desequilibrante y a la
personalidad que muestra a pesar de su corta edad.
"Marcelo
potencia a los jugadores, es lo que más me motivó para venir a River", reconoció Barquito, que a diferencia
de Elías Gómez sí atendió al Muñeco en medio de las negociaciones y ese
gesto fue decisivo: "Cuando me llamó, no dudé. Como
dije, Gallardo potencia y busco eso, ser protagonista en un club tan importante
y ganar cosas".
Agradecido a
Independiente porque "me dio la
oportunidad cumplir el sueño de jugar en Primera", evitó la
polémica y con el pique corto que lo caracteriza, encaró hacia adelante.
Estiró su vínculo con el Atlanta United hasta junio del 2024, finiquitó
temas burocráticos y acordó su préstamo con el CARP por dos años, con una
opción por el 50% que puede ser ejecutada cada 12 meses.
Después de firmar
su contrato, este viernes por la tarde conocerá a sus nuevos compañeros, esos
cracks a los que disfrutaba desde Estados Unidos frente a la TV. "Miraba
los partidos y River es un equipo intenso. Es muy lindo
ver jugar a un equipo así. Los 11, los suplentes y los que no
juegan son ídolos de River. Quiero estar a la altura y de eso se trata el
fútbol, de pelear un lugar".
No quedan dudas que
la vuelta de Juanfer Quintero es el pase del mercado que más celebró
el mundo de River desde lo sentimental. Pero en lo futbolístico, Barco es la
apuesta más importante: entre el contrato y el costo del préstamo River
invertirá u$s 4.400.000, cifra onerosa que marca el valor de una joya que
cuenta con un enorme potencial y que piensa en grande: "Es
un gran club que puede ser un trampolín para tener en la cabeza un posible
llamado de la Selección o un club de Europa".
A su vez, Barco no
se olvidó de Julián Álvarez y expresó su ilusión de formar una poderosa dupla
de ataque con el goleador tras la sociedad que formaron con la celeste y
blanca: "Nos llevamos muy bien. Tenemos una gran relación y estoy feliz de
poder verlo de cerca y compartir cancha".
A los 11 años,
Esequiel se probó en River y no quedó, en gran parte, por su baja estatura. Pero
como el fútbol siempre da revancha, Barquito tendrá la oportunidad de demostrar
que creció y se convirtió en un poderoso buque que buscará llevar a los
hinchas hacia nuevos éxitos.
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