"Gallardo es el plan A, el B y
el C"
El presidente sueña con que sea el
técnico de River siempre pero dice que lo entenderá si toma otra decisión. Una
charla a fondo.
Dijiste que
Gallardo era el mejor técnico de la historia de River, Rodolfo. ¿Vos te sentís
entre los mejores presidentes? -River tuvo muy buenos presidentes. Nuestra
gestión va a quedar en el recuerdo como la que apareció después de una noche
muy, muy negra. Un presidente no te arregla nada, eh. Si no tenés un proyecto,
no se puede hacer nada. Yo preguntaría: ¿qué otros vicepresidentes de clubes
conocen? Salvo Tinelli en San Lorenzo, en general no son conocidos. Pero acá
sí, porque trabajamos en equipo. No hay egos. Después sí, tengo que ser el
responsable: es difícil ser presidente porque te enfrentás a la soledad del
poder.
-¿Cómo
es eso?
-Se lo conté a
Gallardo minutos antes de la final de la Libertadores en el Monumental, en la
soledad de la concentración: una vez, siendo presidente de una cámara
empresaria, me dijo Alfonsín. “D’Onofrio, usted en el lugar en el que está va a
sentir la soledad del poder”. ¿Y qué es la soledad del poder? Sos el último que
decide. Te van a asesorar todos, pero el último sos vos.
-En menos de cinco
meses va a tener que decidir algo importante. No le vas a decir nada, ¿no?
-¿Para
que siga?
-Sí.
-No, nada. Va a tomar
la decisión él solo. No cabe ninguna duda de que el futuro presidente de River,
sea yo o cualquier otro, como todos los hinchas, va a querer que Gallardo siga.
Así que está de más que le diga que queremos que siga. Es una decisión suya que
yo voy a entender. Puede darse que tenga ganas de seguir para terminar un
proyecto que todavía está en camino. Yo estoy igual: estoy pensando si sigo o
no sigo. Y pienso: ¿qué me entusiasma para seguir? Esa cantidad de cosas por
hacer: el proyecto infanto-juvenil, la modificación del Monumental, ir por más
campeonatos… Lo que tenemos Enzo, Gallardo y yo es una misma manera de pensar
la vida: podemos jugar al truco sin señas.
-Los
tres están en la misma: ninguno sabe qué va a hacer.
-Sí, estamos todos
en una situación muy parecida. Por eso entiendo a Gallardo. Porque así como te
dije las razones por las que sí me presentaría, cuando pienso razones para no
seguir una es el agotamiento. Para estar en este lugar, y le pasará a Marcelo
como DT, tenés que tener muchas ganas. No es un sacrificio, es un esfuerzo:
tenés que estar atento las 24 horas, despierto, viendo cómo ser mejores. Vas
teniendo logros pero tenés que querer más, y más.
-¿Alguien
te aconseja que no te presentes? ¿Irte ganador, como hace siempre Ramón?
-Mirá, amigos que
me digan eso no tengo. Familiares, tampoco. Hemos sentado las bases de algo muy
importante: el presidente puedo ser yo u otro que igual el sistema funcionaría.
Hoy me hacen sentir que soy una razón de una gran unidad, de ir todos juntos.
La duda que puedo tener es si eso seguiría de la misma manera si no estoy. Pero
después el modelo ya está estructurado: es muy difícil cambiar el rumbo que
tiene River. Se puede hacer un poco mejor, mucho mejor, pero para atrás no vas
a poder ir.
-Lo
dijo Gallardo: el que lo reemplace la va a tener más fácil. ¿Elegirías un DT
con un perfil similar cuando se vaya?
-Te digo la verdad:
no me cabe ninguna duda de que el técnico para River es Gallardo. Si me
preguntás a mí, tiene que ser Gallardo. Y si no soy presidente, tiene que ser
Gallardo. Es el plan A, B y C. Ahora, me preguntás por el perfil… Y sí, tiene
que ser el suyo, pero vas a ver que en un tiempo les voy a dar algo que estamos
elaborando: un decálogo que explica qué significa estar en River, ser jugador del
club, qué implica dirigir al equipo. Todo eso está escrito en nuestra cabeza,
pero creo que hay que bajarlo. Y es algo que debe mantenerse sea quién sea el
presidente o el técnico. Esto es lo que estamos dejando con Gallardo y Enzo: un
rumbo.
-Delegás
todo el fútbol en Gallardo y Francescoli, que piensan parecido, ¿pero qué
pasaría si Gallardo u otro DT te pidiera un jugador que tiene un problema, como
pasó con Centurión?
-Gallardo jamás me
lo plantearía porque pensamos igual, pero yo le diría al técnico que no, que
River no trae a un jugador así. No lo digo por Centurión ni por nadie en
especial. Si un jugador vulnera el concepto que tiene el grupo, pasa un límite.
Vos no podés traer un jugador que te arruine el gallinero, que te complique el
vestuario. Te estropea todo un trabajo.
-¿El
tema del doping fue lo más difícil que pasaste en River?
-Sí, porque nunca
se nos ocurrió que podía pasar, porque tenemos la consciencia tranquila como
club. Es realmente una injusticia inconmensurable que dos chicos tan sanos
hayan pasado por esto. Y la angustia es no saber qué pasó. Es preferible decir:
éste es el error que cometimos, éste es el error que cometieron los médicos,
los chicos hicieron tal o cual cosa.... No sabemos qué ocurrió. Yo me puse a
investigar y desde el COI, por ejemplo, te dicen que el laboratorio en el que
comprás debe tener un sello que homologue los medicamentos. Porque si los
comprás en un laboratorio que desconocés, por ahí en una tolva en la que tiran
el producto queda algo residual y te pasa esto. Es complejo, pero hay que
exigirse más para evitar el riesgo de lo que estamos viviendo ahora.
-¿Te
dolieron las especulaciones que se hicieron en torno a este tema o estás
acostumbrado?
-Cuando estás en un
cargo como éste, estás acostumbrado a que muchas personas mientan. Pero me
pareció una injusticia tremenda lo que pasó en esas horas. No se puede acusar a
alguien de doping si no está comprobado, hace mucho mal eso. Decir que estaba
casi todo el plantel, que sabía todo 12 días antes, que estaba en la Conmebol y
había negociado para que fueran menos casos, cualquier cosas... Señores: el
laboratorio manda las pruebas a WADA, FIFA y Conmebol, sin nombres ni
apellidos, con un código. Es imposible que tenga semejante poder para influir
en estos tres lugares. Después inventaron nombres de jugadores que ni habían
ido al control en los últimos tres meses. ¡La operación de Driussi casi no se
hace! Y decían que lo vendíamos por el doping: justo al revés. Un disparate.
Entonces, a algunos directamente no les contesto, porque no los voy a subir al
ring. Si no tenés principios, ética, moral, no sos par, entonces no te subo.
-¿Hubo
hinchas que te agradecieron la supuesta gestión para tapar todo?
-Ja, sí, es
increíble. Es tal cual. Miraba las redes y es algo notable para ver cómo
reacciona la gente. Una proporción enorme del país diciéndome que somos
tramposos y qué sé yo. Y por otro lado, un grueso de los hinchas de River
decían “¡qué presidente tenemos! Mirá este tipo, qué contactos que tiene, qué
bien”. ¡Me agradecían por la gestión! Y lamento desilusionarlos, pero no tengo
tantos contactos. Al revés, no existió nada de todo eso.
-¿Por
haber entrado a la cancha de Boca te pasó algo parecido? Hasta te hicieron un
cuadro...
-Desde el punto de
vista del folclore se va a recordar que entré a la cancha de Boca, sí. Pero no
es algo que tenga entre los diez éxitos de mi vida. Y el cuadro me trajo un
problema: estaba en River a las nueve y pico de la noche y un pintor y una
filial me dijeron “tenemos un regalo para vos”, y me pidieron una foto. Aunque
nunca pensé que se iba a viralizar. Ese cuadro hoy está escondido, porque de
ninguna manera tiene que ver con mi manera de ser. Ese fue un hecho lamentable,
no lo puedo tomar como un logro. No me arrepiento de haberlo hecho, pero no soy
así.
-Volviendo
al tema de los técnicos. ¿Te gusta Sampaoli?
-Me gusta, me
parece un DT muy capaz, pero se lo dije a él: si le gana a Uruguay no digamos
que es un fenónemo y si pierde, que es un desastre. Hay que darle tiempo.
-¿Te
gustaría para River?
-Reúne las
características y aparte es hincha de River, una de las cualidades que debería
tener un DT del club. Pero no puedo dejar de ser íntegro en lo que pienso:
Gallardo tiene que ser el técnico de River siempre. ¿Por qué no se puede pensar
eso si en el fútbol inglés se pudo?
-Porque
el fútbol argentino es más desgastante que el inglés.
-Sin dudas, pero
dejame pensar que es posible. Dejámelo pensar...