Una noche Mágica

Una noche Mágica

River se plantó como un campeón y ganó por esa convicción en la casa del equipo que mejor juego desplegó en los últimos tiempos en el fútbol argentino. Quiso ganar siempre y salvo los primeros 10 minutos dominó a Lanús, que cuando juega bien te pinta la cara.

Salió todo redondo, como lo pensó el enorme Muñeco, pico máximo de su planificación la brillantez del Pity volcado a la derecha, jugando su mejor partido en River. También, la personalidad del equipo, como si fuera un partido de Copa, porque tuvo ese nervio, ese nivel, esa paridad y hasta esa concentración. Encima, el clima, con tanta gente de River, resultó todo un cuadro fenomenal, casi perfecto. Fue el choque de dos grandes equipos. Que se respetan, que se conocen, que se estudian. Esta vez fue mejor River, que pudo dar vuelta el resultado, algo que siempre es difícil y más contra un equipo que contragolpea tan rápido y tan bien. Casi siempre dominador del juego, a River le faltaba punch en el área contraria hasta que entró en acción SuperPity, que fue ganando confianza a partir de esa bomba fenomenal que se estrelló contra el travesaño hasta terminar convirtiéndose en la gran figura de la noche. Terminó volviendo loco a Velázquez hasta que Almirón lo cambió para que no lo echaran. Pity encaró y encaró, endemoniado, confiado, pateó al arco, metió un gol, gambeteó, fue el autor intelectual del inicio del tercer gol, un golazo conceptual de él mismo y de Alario. Ojalá sea el comienzo, Pity. Ojalá.

Para que River se plante como se plantó anoche, pise fuerte en el medio y dé esa sensación de orden que es tan importante para edificar los pilares de un equipo, el regreso de Rojas resulta un aporte sustancial. Rueda de auxilio y socio de todos, se banca espalda con espalda con Ponzio la zona caliente de la cancha. Notable inteligencia para distribuir la pelota, ubicación, criterio, solidaridad, un jugador muy valioso que recuperó el Muñeco. Después, lo de siempre. La cuota de los generales Maidana y Ponzio, la seriedad, la presencia de dos hombres fundamentales. También sumó Martínez Quarta y todo el equipo en general supo sobrellevar el momento difícil, disimular la desconexión de los delanteros, habitualmente decisivos, y sacar el partido adelante. Tal vez haya sido la mejor actuación de River desde la final de la Copa Libertadores. Imposible no terminar la noche con una gran sonrisa.