River
no jugó bien ante Godoy Cruz, pero encontró en Baliño un obstáculo realmente
determinante. Hubo un penal no sancionado, un gol en off side de la visita y
una jugada insólita que casi lleva a la derrota.
Es
una realidad ineludible que River continúa sin jugar bien. El equipo de Marcelo
Gallardo no tiene una idea clara de juego y se pierde repetidamente en errores
que arrastra desde hace meses. Y eso se vio ante Godoy Cruz de Mendoza, partido
en el que también sucedieron hechos absolutamente llamativos.
Uno
de los protagonistas excluyentes de la tardenoche calurosa del Monumental fue
Jorge Baliño, autoridad máxima del juego. Se dice que los jueces deben pasar
desapercibidos, pero éste se encargó de hilvanar una actuación que deberá ser
recordada por mucho tiempo por su cantidad de errores.
Es
que River se vio claramente perjudicado por un arbitraje espantoso que inclinó
la cancha hacia el mismo lado desde el primer segundo de juego. No solamente en
jugadas puntuales y determinantes en las áreas, sino también en las acciones
popularmente conocidas como 'las divididas'.
Ya
en la recta inicial del cotejo, Baliño no sancionó un claro penal sobre Lucas
Pratto, que se desplomó sobre el área producto de un contacto que nadie puede
negar. Así comenzó la tenebrosa y llamativa tarea de este árbitro que debería
considerar alguna otra profesión.
Pero
claro, Baliño no estuvo solo en su show de errores en contra de River, sino que
además contó con la presencia estelar de Alejandro Massa, juez de línea que no
vio una posición adelantada grande como una casa de Santiago García, que
terminó anotando el 2-0.
¿Eso
es todo? ¡Para nada! En el carrusel de injusticias, Baliño intentó ponerle la
frutilla al postre para edificar una derrota de un River que se encontraba en
plena recuperación. Y lo hizo con la decisión más insólita de todas, que,
afortunadamente, no tuvo éxito: en una acción rápida, Jonatan Maidana impulso
el balón hacia uno de los costados con la clara intención de alejar el peligro,
pero Franco Armani tomó la pelota y Baliño consideró que se trató de un pase al
arquero. ¡Bingo!
Ya lo manifestó Gallardo:
habrá que continuar con la guardia alta. Porque, como dijimos desde el
principio, River no juega para nada bien y deberá mejorar muchísimo si quiere
encontrar el éxito en sus objetivos a corto y mediano plazo, pero, con
arbitrajes como este, todo será muy complejo
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