A meses de la gran final que decretó
la gloria eterna de River, siguen habiendo repercusiones de lo que significó la
pérdida de la localía del Más Grande y el traslado del encuentro a
Madrid.
El periodista Cherquis
Bialo brindó detalles de los sucesos que impidieron que la final de la
Copa Libertadores 2018 se disputara en el Estadio Monumental. Desenmascaró a
los jugadores del subcampeón que se negaron rotundamente a disputar el
encuentro, y enumeró los sucesos que decantaron la resolución del traslado a España.
"La
trama secreta de los futbolistas de Boca que no quisieron jugar contra River en
el Monumental: todos los detalles de quiénes fueron y por qué", así tituló Bialo su
artículo en Infobae. Repasó las lesiones que había arrojado el primer
parte médico luego de la agresión sufrida por los jugadores de Boca en
Quinteros y Libertador, los agravios de los futbolistas visitantes al
Coordinador de Conmebol, los idas y vueltas de Angelici y la negación extrema
de varios miembros del plantel para jugar.
"Carlos
Tevez, Pablo Pérez, Fernando Gago y Darío Benedetto apoyados desde el
primer momento y de manera incondicional por Guillermo y Gustavo Barros
Schelotto, resolvieron no jugar el encuentro bajo ningún concepto", afirma Cherquis, que además
manifiesta que el doctor de Conmebol, Osvaldo Pangrazio, intentó revisar el ojo
de Pablo Peréz y convencer de que no había dificultades para que se dispute el
encuentro.
Una inmoral
propuesta de Pangrazio a su colega de Boca para que se le aplique una
inyección de cortisona para que le baje la inflamación, garantizándole que no
le harían control antidoping, fue la gota que rebalsó el vaso para que se le
prohiba la entrada al vestuario visitante, según relata Cherquis Bialo en
Infobae.
Mario Campos,
Coordinador del encuentro, fue agredido en el vestuario de Boca cuando fue
a pedir que firmen la planilla: "hubo insultos
para él y para la institución de la que es empleado. Desde una frutera
circular y profunda, comenzaron a arrojarle algunas manzanas, tal vez una
banana. Las nueces y las pasas de uva que se hallaban en otras fuentes ubicadas
lateralmente en el mismo recinto -cual antesala del camarín- permanecieron como
mudos testigos de la nerviosa acción, pero no así las jarras con agua mineral y
con jugo de naranjas", cita Bialo.
Esta agresión
significo que Pablo Pérez, Carlos Tevez y Ramón Ábila fueran
informados a la Unidad Disciplinaria de la Conmebol, pero nada sucedió, no
recibieron sanción alguna. Luego la historia conocida, Angelici traicionando a
su propia palabra y al pacto de caballeros, de garantizar a que el partido iba
a jugarse, a pedir a gritos que no se jugara nunca en la vida. Pero ¿por qué?
Cherquis
Bialo confirma que en el hotel donde se alojaba el conjunto de la Ribera
hubo dos reuniones, una en la habitación de Carlos Tévez junto a
Fernando Gago y otra en la de Darío Benedetto. Allí, apoyados por los hermanos
Barros Schelotto ratificaron su postura y decisión de no jugar.
Al día siguiente
Juan Carlos Crespi, junto a Christian Gribaudo, actual candidato de Daniel
Angelici para las próximas elecciones de Boca, llevaron una carta al hotel
donde estaba Alejandro Domínguez y al no ser recibidos "Crespi pateó la puerta, insultó a viva voz y dejó la carta a
través de la cual Boca explicaba por qué no jugaría el partido ese
domingo a pesar de lo pactado, mientras un jugador de Boca de cuantiosa
fortuna y fama mundial, había alertado a muchos miembros de "La
12" para que éstos y otros barras de clubes amigos, se apostaran a la
salida del hotel Madero a efectos de impedir que el bus con la delegación de
Boca pudiera salir", revela el artículo de Infobae.
Por último,
Cherquis sentencia que la decisión de que se juegue en el
Bernabéu fue decidida por Domínguez y el presidente del Real Madrid con la
aprobación de Mauricio Macri "al
estar los tres unidos por negocios vinculados a sus empresas o
exempresas".
El acusador
artículo de Cherquis Bialo en Infobae también señala un hecho de
discriminación por parte de Conmebol hacia las mujeres empleadas de
River imponiéndoles de qué manera debían vestirse para trabajar el día de
la final, algo que el club desestimó.