Un capricho de la organización de la
Superliga hizo que el Millonario, acostumbrado a tener miles y miles de fieles cada
vez que juega en el estadio Monumental, jugara con poco público por haber
tenido que disputar su partido un viernes en pleno momento laboral para evitar
la superposición de encuentros televisados. ¿Con tribunas semivacías quieren
venderle los derechos del fútbol al mercado internacional?
La programación de
la Superliga sumó otro episodio absurdo. Originalmente, sin contemplar el
calendario de la Conmebol para la Copa Libertadores, dispuso que River y
Estudiantes de La Plata se enfrentaran el domingo 29 de abril, en el estadio
Monumental. Sin embargo, esa decisión encontró obstáculos inmediatamente,
debido a que el equipo de Núñez tenía que jugar el jueves 26 en Colombia,
mientras que el Pincha debía hacer lo propio el martes 1° de mayo, en Perú.
Como semejante desconocimiento generaba un perjuicio para el club de la ciudad
de las diagonales por la falta de suficiente descanso y también para El Más
Grande, teniendo en cuenta que tampoco se podía anticipar el compromiso para el
sábado 28, la postergación fue ineludible, prevista para el jueves 10 de mayo.
¿CON TRIBUNAS SEMIVACÍAS PRETENDEN
VENDERLOS LOS DERECHOS DE TV AL MERCADO INTERNACIONAL?
El clima adverso,
producto de intensas lluvias, tormentas y fuertes ráfagas de viento, derivó en
una temprana suspensión de River-Estudiantes para preservar tanto al público
como al personal afectado y a los mismos jugadores, sabiendo que las
inclemencias del tiempo sumados al terreno de juego cubierto de agua eran
capaces de ocasionar daños. Es decir que una pésima resolución inicial de la
Superliga llegó acompañada de las secuelas posteriores. Como si fuera poco,
hubo otra determinación peor: reprogramar el partido para el viernes -hasta
ahí, correcto-, a las 16.45, un horario laboral y, de yapa, en el día de mayor
caos vehicular en Buenos Aires. Un cóctel fatal para aquellos hinchas que
siempre dan el presente en el estadio Monumental.
Evidentemente, los cerebros
ejecutivos repletos de diplomas y demás, pero ignorantes en materia de empatía,
no contemplaron el perjuicio que podían lograr al poner un horario caprichoso,
amigable para evitar la superposición de encuentros por TV, aunque enemigo
absoluto de la gente. ¿Creen realmente que un mercado internacional puede
invertir en los derechos del fútbol argentino cuando las tribunas del equipo
con mayor convocatoria están semivacías? Aplausos irónicos para tamaño
despropósito.
A diferencia del
enorme marco habitual, River tuvo la bienvenida de apenas 4.000 personas cuando
el equipo salió a la cancha. Y, para colmo, hubo que tolerar memes fuera de
contexto, dignos del folklore, pero injustos por las circunstancias del caso.
El Más Grande suele jugar con una cifra superior a los 50.000 simpatizantes
como local, con un piso de 35.000 en los peores casos. Los cerebros que
eligieron las 16.45 de un viernes laborable como horario de un partido de
Primera División no conocen lo que es una popular. No entienden que el fútbol
es tan importante por la popularidad que posee. Sin hinchas, deja de ser un
negocio, deja de ser un espectáculo redituable, capaz de alimentar a millones
de familias en el mundo. Entonces, ¿por qué no permitieron que River jugara de
noche? ¿A quién le sirve un partido por TV con buena parte de la audiencia
trabajando? ¿Era necesario hacer este papelón?
LA MAYORÍA DE LA GENTE TRABAJA UN VIERNES
POR LA TARDE, PERO LOS CEREBROS QUE ELIGIERON EL HORARIO NO SABEN LO QUE ES
PISAR UNA POPULAR
Hay muchos interrogantes
para evaluar. Lo cierto es que alrededor de 18.000 fieles pudieron darle una
postal más decorosa al templo de Núñez a medida que avanzó el tiempo. Y, como
siempre, el aliento fue incondicional para respaldar al conjunto que dirige
Marcelo Gallardo. Las banderas vistieron de rojo y blanco todos los sectores,
maquillaron un escenario que sufrió el horario disparatado. La gente que pudo
ir cantó por la que no estuvo, pero nada alcanzó para disimular el daño sufrido
en cuanto a concurrencia.
Uno de los hits
lamentablemente sirvió para resumir la impotencia que padecieron quienes se
resignaron a los relatos para estar al tanto de cada acción: "Escuchando la radio para ver lo que
pasa". Más allá de ese fragmento tan acorde a la tarde, el repertorio
incluyó "seguimos aguantando los trapos para verte a vos", "Millonario, hoy te vinimo' a ver"
y un fuerte "quiero la Libertadores", tras el segundo gol.
Además, varias
ovaciones formaron parte de la banda sonora. Desde el pedido a Jorge Sampaoli
cuando iban 31 minutos del primer tiempo ("para
Armani la Selección") hasta la muestra de cariño a Ignacio Scocco ("olé, olé, olé, olé, Nacho,
Nacho") después de su grito, pasando por los silbidos destinados a
Mariano Pavone, de pasado en River. Pese a la frustración que inexorablemente
sintieron muchos hinchas, la despedida para el equipo fue con mucha
satisfacción por los tres puntos conseguidos para quedar a un paso de lograr la
clasificación a la próxima Copa Sudamericana.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario, te recuerdo que puedes ser seguidor de River Pasión.. Locura de Mi Corazón agregando . podrás recibir actualizaciones de nuestros posteos!