"Hacer un gol en la Bombonera
es único"
Alario, el Pity y Driussi siguieron
de fiesta con Olé. El 3-1, el planteo de Gallardo y el sueño: “Si digo que no
me ilusiono con el título estaría mintiendo”, dice el Pipa.
El que lleva el
tatuaje del rey de la selva en su cuerpo es Sebastián Driussi, pero los tres
goleadores del inolvidable domingo se sienten identificados con la tapa de Olé del
superclásico porque, al igual que todos sus compañeros, fueron leones de verdad
en La Boca. Claro que ellos se transformaron en los protagonistas principales
del 3-1. “Hacer un gol en la Bombonera es algo único”, coinciden.
El Gordo es el que
más sonríe al verse a cococho de Maidana en el festejo final, en pleno campo de
juego y con miles de los primos mudos como escenografía de esa fiesta
inolvidable en la casa del rival de toda la vida. Y lo disfruta a pleno,
lógico. “Voy a encuadrar esta tapa de Olé . Es muy lindo el día
después de ganarle a Boca y más en su cancha, es una alegría que queda para
siempre”, dice el delantero de 21 años que está en River desde los 11 y aprendió
desde purrete lo que significa festejar un superclásico.
Para Lucas Alario,
acostumbrado a convertir goles tan importantes como el de la final de la
Libertadores, la semifinal del Mundial de Clubes y tantos otros, también es una
sensación totalmente diferente haber dejado su marca en la casa del eterno
rival. “Es algo único hacer un gol en la cancha de Boca con toda la gente de
ellos y nosotros solos ahí… Tiene un sabor especial. Pero la frutilla del
postre fue que ganamos el partido que teníamos que ganar para seguir con
chances en el campeonato”, comenta el Pipa mientras ojea el diario con Gonzalo
Martínez, el otro “foráneo” que la rompió el domingo.
El Pity no sólo
abrió el camino a la victoria sino que fue la gran figura del Súper y, así,
como hizo en la Bombonera con la gente de Boca, seguramente también silenció
para siempre las críticas de los hinchas de River con esa volea perfecta de
zurda. “Cuando vi que la pelota iba a pasarle por arriba a Peruzzi, ya me
decidí y me preparé para pegarle de primera, como venía. Por suerte la agarré
bien y entró”, cuenta el Pity, consciente de que se trató de su gol más
importante desde que se puso la camiseta número 10 de la Banda. “Ya tenía
pensado festejar el gol mostrando el número de la camiseta porque siempre
confié en mis condiciones y en que me iba a ir bien. En este club es normal que
la gente te exija tanto y que te cuestione cuando no respondés, pero ahora las
cosas están cambiando”, explica el zurdo que concentra con Driussi y le había
anticipado al Gordo que ambos podían tener un gran día en La Boca: “Siempre
hablamos antes de los partidos y justo el domingo le dije que sería lindo que
hiciéramos un gol cada uno”, se alegra el ex Huracán que miró “todos los
resúmenes del clásico”. Algo similar le sucedió al Pipa, a quien también le
costó dormir después de ver varias veces la jugada del zurdazo cruzado, letal,
que terminó en la red para el 2-0. “En el momento dudé un poco de si estaba en
offside porque entré muy solo, por eso miré al línea antes de festejarlo”,
recuerda el 13.
Los tres tienen el
chip del método Gallardo bien incorporado, porque en todo momento destacan que
sus buenos rendimientos individuales son producto del funcionamiento colectivo
y aseguran que el partido salió tal cual se lo había imaginado el entrenador.
“Fue todo de él porque el cuerpo técnico analizó al rival y nos dijo que Boca
sufría por el lado derecho de la defensa porque Peruzzi va siempre al ataque.
Trabajamos en la semana para aprovecharlo y nos salió bien”, coinciden los goleadores
en La Boca. Y también se ponen de acuerdo en que, como marca el Muñeco, no se
pueden desviar de los objetivos: sumar más puntos en la Copa y lograr la
clasificación para la Libertadores del año que viene. “El candidato en el
torneo sigue siendo Boca porque es el puntero. Nosotros tenemos que seguir
sumando para poder pelear hasta el final”, aclara Alario. Igual, el Pipa
reconoce que “si digo que no me ilusiono con el título estaría mintiendo”. Y
Driussi y el Pity asienten con una sonrisa cómplice y Olé entre sus
manos.
Alario, sin
egoismos con Driussi
Si bien es parte
del cassette de fábrica de los jugadores ese speech de que “no importa quién
haga los goles sino que gane el equipo”, Lucas Alario y Sebastián Driussi lo
respetan con sus actos, ya que la meten casi a la par y en ningún momento
compiten entre ellos por lograr la mejor marca. Por el contrario, hasta se
asisten mutuamente. “Si es por mí, ojalá que Seba sea el goleador del
campeonato. Me pone contento por él porque está teniendo una excelente
temporada y se lo merece, pero además es importante para el equipo, que es la
prioridad de todos”, dice el Pipa. Y por el momento, las estadísticas le juegan
a favor a su cumpa de ataque.
Es que el 13 de
River convirtió dos goles menos que el Gordo en lo que va del campeonato:
Driussi suma 14 (varios le dan el de Belgrano, que fue de Acosta en contra) y
está en la misma línea que Benedetto en una lucha que también será apasionante
hasta el final.
Un súper alivio
para Pity
El superclásico ya
había arrojado, de entrada nomás, la baja de Milton Casco. Y cuando Gonzalo
Martínez dejó la cancha rengueando, con su pierna derecha casi a la rastra a
los 19 minutos del segundo tiempo, todos pensaron lo peor: “Se desgarró, qué
mala leche”. Sin embargo, el 10 de River no sufrió ninguna lesión. “Fue sólo un
calambre fuerte. Me había asustado porque no se me iba y pensé que era algo más
grave, pero por suerte fue nada más que eso”, tranquilizó el zurdo que fue
figura en el Bombonerazo del domingo.
Ayer, el Pity se
movió a la par de sus compañeros que fueron titulares en La Boca. De todas
maneras, el entrenador le daría descanso en el partido de Copa del jueves, ante
el Melgar en Arequipa, para que llegue fresquito a la visita en La Plata contra
Gimnasia, el lunes que viene en La Plata. Aunque eso es algo que se confirmará
después del entrenamiento de esta mañana...