Derrota con muchas dudas al cierre de la Florida Cup

River regaló un tiempo y, en su mejor momento, recibió un golpe del cual no se pudo reponer, por lo que terminó cuarto en la Florida Cup y regresará al país con más dudas que certezas.

Con cambio de táctica incluido y la vuelta del 4-2-2-2 como esquema, River comenzó el partido con paciencia, sin ejercer demasiada presión sobre el rival, pero con la idea clara de hacer correr la pelota hacia los costados.

Durante el primer cuarto de hora, tanto el Millonario como Vasco da Gama se respetaron demasiado, sin arriesgar y casi sin participación de ambos arqueros. Recién a los 13 minutos avisó River con un tiro libre de Gonzalo Martínez que fue despejado con lo justo por la defensa rival.

Vasco da Gama respondió -tras un mano a mano de Lucas Alario mal anulado por una posición adelantada inexistente- con un pelotazo que dejó cara a cara al delantero rival con Augusto Batalla, quien salió a cortar de buena manera y alejó el peligro.

Recién a los 24 minutos se acercó en serio River, con una jugada colectiva por derecha que derivó en un buen remate de Sebastián Driussi, aunque el arquero logró despejar y, en el rebote, Jorge Moreira apareció adelantado. El delantero, a los 28, probó de media distancia, pero el uno rival volvió a tapar, esta vez en dos tiempos.

Pasada la media hora, Vasco da Gama tuvo la más clara, con un remate cruzado de Pikachu que pasó a centímetros del palo derecho de Batalla. Otro aviso para un River que, sin sufrir demasiado, tuvo serios problemas para generar juego.

Pero a los 41 minutos, el marcador estuvo a punto de abrirse. Thalles definió por encima de Batalla y la pelota dio en ángulo. Afortunadamente, el rebote favoreció a River, que terminó el primer tiempo en la puerta del área propia.

El inicio del segundo tiempo fue distinto, con un River mucho más punzante y preciso de tres cuartos de cancha en adelante. A los 4 minutos, una combinación entre Alario, Olivera, Moya y Driussi estuvo a punto de dejar al juvenil mano a mano con el arquero.

A los 7, el Pipa primerió al arquero en un rebote dentro del área chica y tocó de taco para Driussi, quien recibió una fuerte entrada del defensor rival antes de empujarla al arco. El delantero no pudo continuar por el golpe.

Y llegaron los goles para River, primero por obra de Alario y luego del recién ingresado Rodrigo Mora, aunque ambos fueron anulados por offside. El segundo, el del uruguayo, totalmente inexistente.

A los 21, el charrúa tuvo su revancha luego de un gran centro de Martínez, pero el arquero le ahogó el grito en el borde del área chica. Y 120 segundos más tarde, un cabezazo de Mora rozó el travesaño. Increíblemente le volvieron a cobrar posición adelantada cuando estaba habilitado.

Y en un arbitraje paupérrimo, le cobraron una falta inexistente a Lucas Martínez Quarta en el borde del área. Nené le pegó muy bien y puso el 1 a 0, injusto por donde se lo mirara, para los brasileños. Al instante, Camilo Mayada tuvo una ocasión inmejorable para empatarlo: solito contra el arco, dentro del área, la tiró por arriba.

Faltando 10 minutos, otro buen tiro libre del Pity derivó en un cabezazo Alario, un roce de Maidana y otro toque de cabeza de Mora. Pero la pelota no quiso entrar: cruzó toda el área chica sin entrar.

Como para redondear una actuación realmente reprochable del árbitro -se salvó porque fue un amistoso-, un penal clarísimo por mano dentro del área no fue sancionado a favor de River en el minuto 85.

Y a los 87, una serie de rebotes le permitieron a Alario enviar un centro atrás que Mora capturó, aunque su remate se fue inentendiblemente varios metros por encima del travesaño. Realmente increíble que el resultado siguiera siendo el mismo.

Se terminó y, si bien quedó claro que River no mereció perder, quedó la sensación de que se regaló un tiempo de manera innecesaria. No es grave, los amistosos son para probar. Pero la competencia oficial se acerca y será necesario ajustar detalles para no lamentarlos más adelante.