Roberto Mosquera, DT de Jorge
Wilstermann, pidió que la ciudad de su club sea testigo del choque
con River, que el partido se juegue allí y que la localía no se mude.
"No deberíamos jugar en otro escenario", tiró el entrenador que ya
complicó al equipo de Gallardo hace unos años. Mirá.
Después de haber
sacado de la Libertadores a un peso pesado como Atlético Mineiro y con el
próximo compromiso copero ya en el horizonte, las posibilidades de tener
que mudar la localía comenzaron a crecer en Jorge Wilstermann. ¿Por qué?
Porque Cochabamba, la ciudad del mencionado club, será la sede de los
Juegos Suramericanos (o Juegos Odesur) en el 2018 y, en efecto,
las obras y remodelaciones están a la orden del día.
Así,
el estadio Félix Capriles, la casa del Aviador, también se encuentra
siendo parte de esas preparaciones y refacciones, por lo que la chance de
recibir a River en otra cancha comenzó a ganar fuerza en las últimas horas.
Pero lejos de pensarlo como una opción concreta, el DT de Wilstermann marcó
territorio y dejó en claro cuál es la postura del plantel, pensando ya en lo
que será el partido de ida por los cuartos de final ante La Banda. "Creo
que la gobernación lo va pensar bien. El fútbol ha pasado a ser un vehículo de
mejoramiento cultural y Cochabamba se merece ver a River Plate y no jugar en
otro escenario. No les pongo presión, pero...", tiró el Roberto Mosquera,
quien ya enfrentó al elenco de Marcelo Gallardo y supo complicarlo, ocasionalmente.
Sí: en el 2015 y
dirigiendo a Juan Aurich de Perú, el entrenador peruano consiguió
ponerle algunos palos en la rueda al conjunto del Muñeco. En la fase de
grupos, por caso, le arrancó dos empates a River (ambos fueron 1-1) y
generó algún sobresalto en cuanto a la clasificación del Millonario, que de
todos modos terminó quedándose con la Copa ese año.
Así, con los duelos
ante el club de Núñez ya asomando en el horizonte (la ida sería el 13 o 14 de
septiembre y la revancha una semana después), todo Jorge Wilstermann
aguarda ansioso por la visita del Muñeco y compañía.
Lo ideal, desde ya,
es poder hacer de local en su estadio y ante su gente (el presidente
Grover Vargas avisó que harán un gran esfuerzo para que así sea) pero,
llegado el caso y ante la chance de no poder jugar en el Capriles, en el
Aviador ya tienen un plan b: mudar la localía a Sucre, la capital de Bolivia.
¿La altura? No
variaría demasiado: Cochabamba cuenta con 2558 metros sobre el
nivel del mar y, Sucre, con 2790.
"Nosotros
jugamos para los hinchas. Contra el Mineiro nos emocionó ver cómo un grupo de
cochabambinos que creen en nosotros nos apoyaron y gritaron todo el partido.
Nos sentimos reconocidos. Es un honor ser el único equipo boliviano en la
Copa", añadió Mosquera, quien ya había pedido por mantener la localía ante
River.
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