El Millonario sufrió más de la
cuenta en el sur, aunque un golazo de Scocco le permitió ganar 1-0, por la
primera fecha de la Superliga. Ahora, a pensar en el Superclásico del próximo
sábado, en San Juan.
La misión fue
difícil. A River le costó demasiado vencer a Temperley. Mostró una imagen muy
pobre en la etapa inicial y una tarea interesante en varios pasajes en la
segunda parte, con situaciones de gol para estirar la diferencia obtenida por
Ignacio Scocco en el primer tiempo. Sin embargo, la falta de puntería sumada a
la actuación destacada del arquero Josué Ayala podrían haber puesto en jaque el
triunfo en el estadio Alfredo Beranger. Aun así, El Más Grande logró su
objetivo, llevarse los tres puntos.
Una vez más,
Marcelo Gallardo sorprendió en la antesala al partido. Cuando Ariel Rojas se
perfilaba como titular, Carlos Auzqui apareció entre los once iniciales. El
esquema de base fue un 4-1-3-2 flexible, con Gonzalo Martínez, Ignacio
Fernández y el mencionado Auzqui por delante de Leonardo Ponzio. Arriba, Lucas
Alario y Scocco. Del otro lado, Temperley dispuso un 4-3-3 intenso, agresivo,
decidido a ser protagonista nada menos que frente al Millonario.
En el juego abierto
la jerarquía de River tendría que haber encontrado una zona de confort, pero de
ninguna manera fue sencillo. Temperley peleó por la tenencia de la pelota y se
animó a causar riesgo. Ambos equipos exhibieron una clara intención de manejar
el balón con criterio y salida prolija. La diferencia en el marcador surgió
gracias al desequilibrio individual de los dos principales exponentes en la
creación durante esta noche: el Pity asistió a Nacho Scocco, cuyo remate desde
afuera sirvió para poner la pelota junto con el poste derecho y abrir la
cuenta.
Germán Lux fue
clave para evitar que la reacción del Gasolero alcanzara el empate inmediato
porque le negó el gol a Juan Ignacio Sánchez Sotelo. Además, Jonatan Maidana
también se lució en un cruce cuando Emiliano Ozuna capturó un rebote. River,
incómodo por la falta de elaboración y precisión en el circuito ofensivo,
respondió al principio del complemento. Lamentablemente, Lucas Alario no pudo
superar en dos ocasiones al arquero Ayala: primero le tapó un mano a mano
inmejorable y luego un cabezazo esquiando, muy difícil.
A través de los
cambios (Enzo Pérez y Rojas por Fernández y Auzqui), el Muñeco diseñó un 4-4-2
ordenado, listo para recuperar la pelota y lastimar. Generó espacios, tuvo
mayor inteligencia para controlar el juego. Le faltó eficacia en los metros
finales - el ingresado Rafael Borré estrelló un tiro en el palo derecho-,
aunque supo ejercer cierto dominio.
Temperley, mediante
tiros libres, provocó peligro por la vía aérea. Frágil en defensa, con una
versión nuevamente floja de Javier Pinola, River sufrió más de la cuenta. Pese
a los sobresaltos, ganó 1-0 en el sur y empezó bien la Superliga. Ahora, le
toca pensar en el Superclásico del próximo sábado frente a Boca, en San Juan. A
triunfar otra vez.
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