La
Banda de la superacción
Entre abril y mayo, mes del
superclásico, River jugará nada menos que 14 partidos. Y antes y después de ir
a Boca, tiene compromisos por la Copa Libertadores. Movidito, movidito...
El cambio de
formato en la Copa Libertadores les da más respiro a los equipos. En el plazo
en el que antes se disputaba todo el torneo, ahora sólo transcurre la zona de
grupos. Eso hace que haya partidos más espaciados, aunque abril y mayo serán
dos meses movidos para River en su doble objetivo: sumarse a la lucha en el
torneo y superar esa primera fase sin sobresaltos.
El calendario le tiene preparados 14 partidos (ya pasó el primero, ante Godoy Cruz) en esos dos meses, a un promedio de un encuentro cada casi cuatro días y medio. No es de esas seguidillas agotadoras, pero tampoco como para relajarse. Porque incluye viajes a Guayaquil, a Arequipa y, mucho más corto, a Tucumán.
Dentro de siete días, justamente, el Muñeco y sus muchachos tendrán un compromiso por la Libertadores, pero será en el Monumental frente al Melgar. Luego vendrá una semana sin competencia internacional y la última del mes incluirá doble vuelo: primero a Ecuador (jugará el jueves 27) y al regreso deberá ir a Tucumán (domingo 30).
La primera semana de mayo también será larga para descansar y luego el superclásico tendrá previa y post de Copa: cuatro días antes de ir a la Bombonera recibirá a Emelec y cuatro días después podría asegurarse la clasificación a los octavos de final en Perú.
Se sabe que el gran objetivo de River es la obsesiva Libertadores, pero como ya pasó antes de la final de la Copa Argentina, es difícil que Gallardo cuide futbolistas para un choque con Boca, más cuando aún esté prendida la llama de pelear el campeonato local. Por lo cual de mediados de mayo en adelante, será un momento de esfuerzo y exigencia máxima porque la seguidilla continuará con la visita a Gimnasia, el último partido del Grupo 3 (de local ante el DIM, habrá que ver si con la necesidad de un triunfo o ya tranquilo por tener el pase abrochado) y otro cruce bravo, frente a Central en Núñez.
El calendario le tiene preparados 14 partidos (ya pasó el primero, ante Godoy Cruz) en esos dos meses, a un promedio de un encuentro cada casi cuatro días y medio. No es de esas seguidillas agotadoras, pero tampoco como para relajarse. Porque incluye viajes a Guayaquil, a Arequipa y, mucho más corto, a Tucumán.
Dentro de siete días, justamente, el Muñeco y sus muchachos tendrán un compromiso por la Libertadores, pero será en el Monumental frente al Melgar. Luego vendrá una semana sin competencia internacional y la última del mes incluirá doble vuelo: primero a Ecuador (jugará el jueves 27) y al regreso deberá ir a Tucumán (domingo 30).
La primera semana de mayo también será larga para descansar y luego el superclásico tendrá previa y post de Copa: cuatro días antes de ir a la Bombonera recibirá a Emelec y cuatro días después podría asegurarse la clasificación a los octavos de final en Perú.
Se sabe que el gran objetivo de River es la obsesiva Libertadores, pero como ya pasó antes de la final de la Copa Argentina, es difícil que Gallardo cuide futbolistas para un choque con Boca, más cuando aún esté prendida la llama de pelear el campeonato local. Por lo cual de mediados de mayo en adelante, será un momento de esfuerzo y exigencia máxima porque la seguidilla continuará con la visita a Gimnasia, el último partido del Grupo 3 (de local ante el DIM, habrá que ver si con la necesidad de un triunfo o ya tranquilo por tener el pase abrochado) y otro cruce bravo, frente a Central en Núñez.
Sin dudas, se
vienen meses de superacción.