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Objetivo cumplido

Objetivo cumplido


Un River alternativo estuvo lejos de su mejor versión con titulares, pero el 1-1 contra Emelec fue suficiente para lograr la clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores de América. Ahora sí, a pensar en el Superclásico.
El primer objetivo ya está listo. Misión cumplida para River. Atrás quedó el puntaje ideal en la máxima competencia continental, aunque la igualdad frente a Emelec permitió que el pasaje a la siguiente fase quedara sellado a dos fechas de concluir el Grupo 3. Incluso, El Más Grande se dio el lujo de presentar una formación con gran mayoría de suplentes, pensando en dosificar cargas físicas antes de visitar el próximo domingo a Boca.
Pese a utilizar un equipo alternativo, la idea no varió demasiado. Es que la premisa fue manejar la pelota de manera prolija, con una salida limpia desde el fondo, distribuyendo bien las opciones de pase y cada espacio disponible. Marcelo Gallardo dispuso un 4-3-3 bastante particular, debido a que Nicolás Domingo estuvo ubicado como volante tapón, teniendo delante suyo a Joaquín Arzura e Iván Rossi en la función de internos. Adelante, Rodrigo Mora y Carlos Auzqui por derecha e izquierda, respectivamente como extremos para abastecer a Marcelo Larrondo, de buen nivel, la principal referencia ofensiva.
Sin embargo, al Millonario le faltó mayor peso en los últimos metros. Las sanas intenciones chocaron contra la ineficacia en los pases punzantes. De hecho, River tan sólo remató cuatro veces en la noche -en el primer tiempo nada más que el cabezazo apenas elevado de Auzqui-, incluyendo el gol de penal. Poco para un conjunto ambicioso, pero suficiente para sumar el punto necesario. Un dato que indica la ausencia de determinación para lastimar cerca del arco rival.
En la segunda parte, Emelec consiguió la sorpresiva ventaja a los 14 minutos mediante Ayrton Preciado, tras un error entre Lucas Martínez Quarta, que no pudo rechazar, y Augusto Batalla, flojo en la reacción. Ocho después, cuando el Muñeco ya se había decidido a cambiar de esquema (pasó de un 3-1-4-2, luego de la salida de Luis Olivera, a un 3-4-3), llegó la paridad: Auzqui fue derribado dentro del área y Mora cambió la pena máxima por gol.

Más allá de sostener la búsqueda e incluso profundizarla con la inclusión de Sebastián Driussi y Lucas Alario, River careció de protagonismo ofensivo con la nitidez necesaria. Aun así, casi alcanza el triunfo porque un derechazo de Auzqui impactó en el travesaño cuando se jugaba el tiempo de descuento. Podría haber sido la cuarta victoria, pero no indispensable para el objetivo. Tal vez ese tiro que se negó esta noche quede pendiente para celebrar el domingo en La Boca, ¿no?

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