Copate
Alario
El Pipa quiere seguir de racha esta
noche y Gallardo apuesta a convencerlo para que no se vaya en la mitad de la
Libertadores.
Entre tantos
refuerzos que no fueron lo esperado (de Viudez a Larrondo, pasando por Bertolo
y tantos otros), en el caso de Lucas Alario hay que darle todo el crédito a
Gallardo. El Muñeco fue quien lo apuntó cuando nadie lo miraba, el que insistió
cuando la revisión médica se vio como cuando América era canal 2 de La Plata,
el que disfruta de ese animal del gol y el que quiere que lo acompañe hasta
diciembre para poder pelear juntos por la Libertadores hasta el final.
Con apenas un
puñado de días en Núñez, el Pipa fue la reencarnación del Búfalo Funes o de
Hernán Crespo para vestirse de héroe de la Copa 2015, también bajo la lluvia para
darle un marco más épico y similar a los del 86 y 96. Y el técnico sabe que
contar con el 9 vestido de 13 es fundamental para alimentar la ilusión de otra
vuelta olímpica. El calendario anual de esta edición le juega en contra porque
después de la amenaza china de enero, el mercado de julio espera a Alario con
las puertas abiertas de par en par. Lazio es la nueva amenaza entre tantas que
dan vueltas alrededor del goleador. Sin embargo, Gallardo jugó una ficha para
tratar de convencerlo.
“Para mí, sosteniéndose
con este nivel en River durante todo el año, Alario va a tener muchas chances
de llegar al Mundial con posibilidades. Si se va en junio a otro equipo,
sufrirá el cambio y la adaptación. Y en todo ese proceso perdería esa dinámica
que está teniendo. De acá al Mundial, si sigue evolucionando y lo tenemos
nosotros, va a tener muchas chances”, opinó el Muñeco tirando sobre la mesa ese
sueño llamado Rusia 2018, a diferencia de la postura que tomó cuando al Pipa lo
tentaron con los millones desde Asia. Ahí, el DT prefirió callarse y ni
siquiera le preguntó al delantero qué haría, algo que el propio Alario le
agradeció porque sintió esa libertad para elegir.
Esta noche, frente
a Melgar, el Pipa intentará seguir de racha luego del doblete frente a Quilmes.
Si su futuro europeo comienza en julio, será el primero de sus últimos tres
partidos coperos en el Monumental. Si la idea de Gallardo empieza a picotearle la
cabeza y lo termina convenciendo, habrá permiso para imaginarse a Alario
besando la Copa. Ya no con aquella carita del pibe desconocido que sorprendió a
todos en unos pocos partidos sino con este porte de goleador implacable que se
ganó a fuerza de gritos en menos de dos años. Todo depende de él porque tiene
más candidatos que Pampita y la China Suárez juntas...
Dale, Lucas,
copate.
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