El
Millonario golpeó fuerte en Ecuador
El Millonario no tuvo un
funcionamiento tan fluido como en otros partidos, pero dio vuelta un marcador
adverso contra Emelec para ganar 2-1 y seguir como único puntero del Grupo 3 en
la Copa Libertadores de América.
La caída 0-3 en La
Plata fue una suerte de pesadilla. Aquella lejana noche de febrero dejó a River
sin un nuevo título local y con ciertas dudas de cara al futuro inmediato. El
empate sin goles frente a Unión acentuó la preocupación de aquel momento, pero lo
que llegó después cambió el panorama por completo: El Más Grande obtuvo la
victoria en siete de los ocho compromisos siguientes y encontró un circuito
futbolístico digno de un equipo preparado para ser candidato en cualquier
competencia.
Anoche, en Guayaquil,
River cruzó la línea del Ecuador. Dio un golpe fuerte cuando parecía que podía
perder su invicto de nueve presentaciones. Revirtió un resultado adverso desde
el primer minuto para alcanzar un 2-1 que tal vez fue injusto por lo visto en
el desarrollo, pero que sirvió como una muestra fiel de que este grupo que
comanda Marcelo Gallardo es realmente un conjunto llamado a ser protagonista
tanto en la Copa Libertadores como en las fechas restantes del torneo local, le
alcance o no para el título.
Los adjetivos para
calificar a este River son varios. Y no se trata de elogiarlo en este momento
exitoso ni de caerle con todo en caso de un marcador negativo, debido a que el
funcionamiento colectivo e individual se ve reflejado en esta racha positiva.
Aunque al minuto de juego dejó un espacio que causó el golazo de Eduar
Preciado, el Millonario tuvo la fortaleza anímica que siempre destaca el
Muñeco. Entonces, pese a que quedó mareado al principio, supo levantarse y
poner en riesgo al rival hasta lograr el 1-1 parcial.
Antes de que
llegara el descanso, Jorge Moreira sacó un derechazo cruzado para la igualdad
transitoria, tras un tiro libre frontal de Ignacio Fernández que Lucas Alario
bajó y un rival rechazó de manera fallida. Esa paridad de ninguna forma fue
consecuencia de una acción aislada, sino de la insistencia de River en busca de
un objetivo, independientemente de los obstáculos que dispuso Emelec: marca
atenta, capaz de anticiparse en el mejor escenario o de cometer una falta
cuando no era suficiente la idea ejecutada.
A través de un
4-1-4-1 flexible, River mutó según las circunstancias. Con el Pipa como única
referencia arriba, Sebastián Driussi partió desde la banda izquierda para
sumarse al ataque o contribuir en la elaboración ofensiva. Así el conjunto de
Núñez osciló entre un 4-1-3-2, siempre dejando de volante "tapón" a
Leonardo Ponzio, y un 4-3-3, si el mencionado Driussi y Gonzalo Martínez
aparecían como extremos.
Emelec interpretó
de qué manera neutralizar varios movimientos de River. A partir de ahí, causó
peligro tres veces en un lapso de 120 segundos: el ingresado Bruno Vides chocó
en todas ellas con Augusto Batalla, clave para sostener el 1-1 parcial. Y así
como La Banda sufrió la ineficacia ante Sarmiento, esta vez salió ileso de la
falta de contundencia rival y aprovechó una de sus pocas posibilidades para dar
vuelta la historia mediante una definición de Alario, después de una asistencia
a puro esfuerzo de Rodrigo Mora.
Con la ventaja
obtenida, River defendió el triunfo hasta materializarlo en la tabla de
posiciones. Gallardo tomó nota del cansancio de Ariel Rojas para darle pista a
Iván Rossi. También halló una buena respuesta de Camilo Mayada, reemplazante de
Exequiel Palacios en la lista y de un Nacho lesionado. El técnico leyó el
partido nuevamente y los cambios le dieron la razón. Pero sobre todo, el
Millonario golpeó fuerte en Ecuador, donde se llevó tres unidades fundamentales
para quedar a un paso de la clasificación.
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