Asistencia
al viajero
Como Gallardo detectó que el equipo
no le generaba jugadas al Pipa, trabajó los movimientos: vs . Quilmes dio
resultado.
Cuando Gallardo
decía que “no concretamos todo lo que generamos” en los días previos al partido
con Quilmes, se refería específicamente a que en su análisis minucioso de los
encuentros anteriores había detectado que el equipo no estaba asistiendo a
Alario como él pretendía.
El mismo repaso de
los compactos de los juegos ante Unión, Lanús, Belgrano y Godoy Cruz que hizo
el entrenador fue el que les mostró a los jugadores. Pero específicamente se
detuvo en los acompañantes del Pipa en ataque.
Delanteros y
volantes, entonces, empezaron a trabajar distintos movimientos durante los
entrenamientos. Y esa mecanización tenía un solo objetivo: intentar aprovechar
al máximo la voracidad goleadora del santafecino.
La pelota al 13 fue
el pedido. Y para que las jugadas las terminara el autor de los dos goles al
Cervecero fue que le dijo a Driussi, por caso, que en su libertad para entrar y
salir del área no perdiera jamás la referencia de su socio para hacer lo
contrario: si el Pipa iba al primer palo, él debería hacerlo por el segundo; si
se tiraba a un costado, él debería entrar por el medio. A Mora, Auzqui y los
volantes que llegaran por afuera también les exigió que no se pegaran tanto a
la raya sino que intentaran ir hacia adentro para asociarse en el juego corto
con el jugador franquicia. Casualidad o consecuencia, los gritos del domingo en
el Monumental tuvieron el sello de buena parte de lo que Gallardo machacó en el
River Camp. Y la idea es que eso se repita esta noche contra el Melgar. Que el
goleador, antes de su partida al fútbol europeo, tenga la mayor cantidad de
opciones posibles. Lo que se dice una verdadera asistencia al viajero.-
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