No
hay dos sin tres
Con su público y equipo ideal en
cancha, River buscará en Mendoza lo que no pudo en todo el torneo: sumar su
tercera victoria seguida. Y quién te dice...
Cuesta llegar a
tres al hilo. En casi todo orden de la vida. Cuesta llegar a comerse tres
hamburguesas completas. Cuesta que una película tenga el éxito suficiente como
para llegar a ser una trilogía. Cuestan los tricampeonatos. A River le cuesta
encadenar tres triunfos, algo que se ve más factible, pero que evidentemente no
es moco de pavo en este fútbol argentino bolche que desde hace años, décadas
ya, es un empate: no hay muchos Barcelonas contra Leganeses, o ninguno. Y
entonces cuesta armar una pierna de ases o de victorias. River necesita
hacerlo. River no tiene margen de error. Necesita ganar todo lo que juegue por
el torneo para ver si es posible la quimera de alcanzar al líder. Ya lo dijo
alguna vez Ramón Díaz en un congreso de la lengua en Berlín, en agosto de 1875:
“Le queremo’ ganar el campeonato a Boca, Tití”. Gallardo quiere lo mismo: el
objetivo principal es la Libertadores, la que no todos juegan; pero también lo
es clasificarse a la Copa que viene y, de ser posible, salir campeón del ámbito
doméstico, acaso la única cuenta pendiente que tiene el Muñeco desde que asumió
hace casi tres años.
“Podemos
alcanzarlos. Hay que ganar cuatro o cinco partidos seguidos y prendernos
arriba”, dijo Ponzio hace unos días. “Cuatro o cinco partidos”. River ya lleva
dos y va por el tercero. Y va por el tercero con una idea de juego que se fue
destrabando en las últimas semanas, con un equipo que tras las victorias ante
Lanús y Belgrano (y el DIM por la Copa), ya parece definitivamente saber a qué
juega, con futbolistas que encontraron sus posiciones, porque van rotando permanentemente
sin darles referencias a los rivales. Hoy quiere repetir. Aquí, en una plaza
complicada como el Malvinas Argentinas (justo un 2/4) contra el bravo Godoy
Cruz, intentará ligar tres triunfos por primera vez en el torneo. De hecho,
nunca había ganado dos al hilo tras las dos primeras fechas, ante Banfield
(4-1) y Talleres (1-0, luego empató con SMSJ). Y esta vez Napoleón tendrá a su
favor aquella consagración ideológica del equipo, pero también a su 11 ideal,
con los regresos de Moreira y Alario. Y algo más: diez mil personas que lo
alentarán en Mendoza, en un suelo históricamente riverplatense, donde anoche,
cerca de las 22, se armó una fiesta de bienvenida frente al hotel Diplomatic.
En la tierra del
vino, River vino a ganar. A hacerle caer algunas regalías, de una vez por
todas, al que inventó eso de que no hay dos sin tres.
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